Leyenda de la Manzanilla




     Hace mucho tiempo, cuando los Mapuches vivían en las tierras del Sur, un puma enorme no les permitía alejarse del poblado. Durante la noche se escondían en sus viviendas y al llegar el amanecer no se alejaban demasiado.

     Un día, los niños del pueblo se enfermaron; no comían y tenían dolores de estómago. Estando el puma cerca nadie podía ir a pedir ayuda a otros pueblos vecinos. Una joven mamá, triste porque su hija no se recuperaba, decidió alejar al puma del lugar. Se puso un hermoso vestido blanco, se colgó collares, se colocó brazaletes, una vincha color amarillo fuerte y esperó a que llegara la noche. 
     Entonces salió al medio del campo y en un lugar muy visible se quedó quieta. No tuvo que esperar mucho: la ropa y los collares  
llamaron la atención del enorme animal, que comenzó a perseguirla.
     La indiecita corrió y corrió, intentando llevar al animal lo más lejos posible. Cuando ya no pudo seguir por el cansancio, se arrodilló y levantó sus brazos agradeciéndole a los dioses la ayuda que le permitió apartar el peligro de su gente. Los dioses quisieron premiarla por su sacrificio y en el momento en que el puma la iba a atacar, la convirtieron en una planta medicinal, con pequeños y hermosos pétalos blancos con centro amarillo.
    De esta forma, usando esta planta, los niños se curaron. Según cuentan, se trata de la manzanilla, que es útil para aliviar problemas digestivos.

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